Propuesta 1: No espere que el mundo se adapte a usted. Mírese en el espejo. Cambie lo que le disgusta en su propia persona no se empeñe en cambiar a los demás.
Propuesta 2: Busque en sus semejantes ayuda, consejo, ideas y fuerza. No sea demasiado orgulloso para pedir ayuda. Agradezca los favores que le hacen.
Propuesta 3: Mejore su capacidad de juicio y no sea impulsivo. Contemple a las personas y las cosas con objetividad y comprensión, antes de formarse una opinión sobre ellas.
Propuesta 4: Evite la terquedad y los prejuicios. No trate de imponer a otros sus opiniones intransigentes y reaccionarias sobre la religión, la política, la alimentación o la medicina. Resista la tentación de aferrarse a su opinión, una vez expresada.
Propuesta 5: Sea siempre tolerante y comprensivo.
Propuesta 6: Evite todo lo que pueda dar ocasión a disputas. Preste atención a la luz roja que le indica que es mejor no llevar adelante la conversación.
Propuesta 7: Puede usted hablar sobre cosas, pero no sobre personas. A fin de evitar en la conversación los escollos de la maledicencia, limítese a hablar en lo posible de cosas y deje de lado a las personas.
Propuesta 8: No hiera a otras personas con observaciones y comparaciones despectivas.
Propuesta 9: Respete los sentimientos de los demás… Eduque su instinto para conocer lo que les gusta y lo que les disgusta.
Propuesta 10: No exteriorice nunca su aburrimiento. Si el ambiente no es de su agrado, busque un pretexto para despedirse cortésmente.
Autor (Anónimo)
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